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https://www.discovernikkei.org/es/journal/2022/5/16/ainoko/

Ainoko, un fotolibro para regresar a la infancia

Ainoko. La mala palabra es un fotolibro con el que regreso a los años de mi niñez, en los ochenta, a través de imágenes. En mi infancia, la palabra “ainoko” rondaba como fantasma. “Ainoko” era una palabra que hacía alusión a los mestizos como yo, a los hijos de la unión de descendientes de japoneses con personas de otras culturas.

Ainoko. La mala palabra es la suma de fotos del álbum familiar y textos sobre los temores de una “niña que no se le nota”. Sin retoques en las fotos ni corrección en las palabras. Ainoko tiene unas fotos de un animal espeluznante.

Agradezco al comunicador David Salamanca Mamani que me cedió las fotos de las tortugas que aparecen en la portada y en los interiores porque, por más propósito “do it your self”, nunca hubiera podido tomarles fotos yo misma. En Ainoko les temo a las tortugas, creo que es el miedo por lo inenarrable. Me recuerdan a los que tienen que moverse con poco a cuestas. El tener que huir con el hogar encima ante los saqueos de las tiendas de Lima en los cuarenta, que vivieron mis abuelos1. Lo indecible. Ellas lo han visto todo, estaban ahí antes que nosotros.

Bodega en Chacra Ríos. Década de 1940. Lima, Perú. Archivo familia Uekado (Uejo)

Ainoko. La mala palabra genera preguntas, entre otras cosas, porque no trae glosario de los términos japoneses allí mencionados. No lo necesita. Crecer en un hogar fundado por lenguas maternas no hegemónicas es crecer rodeada de silencios por completar. Mi familia paterna silenció el quechua, así como mi familia materna silenció el japonés, que silenció antes el uchinaaguchi. El lenguaje es nuestra familia.

La palabra

La palabra ainoko según los diccionarios significa “mestizo, mulato, hijo híbrido” (Daigakusyorin, 1939; Sanseido, 1963). El japonés Hyoue Okamura, en su artículo “The language of ‘racial mixture’ in Japan: How ainoko became haafu, and the haafu-gao makeup fad”, aborda el devenir de las palabras que aluden al mestizaje de los japoneses. Identifica la palabra ainoko como la más usada para definir a los mestizos, aunque de forma peyorativa, durante el s. XIX.

En las primeras décadas del s. XX empieza a usarse, también, konketsuji (niño de sangre mixta) o konketsu (混血, sangre mixta) sin la connotación despectiva de ainoko.

Haafu, la japonización de la palabra en inglés half, empieza a usarse a partir de las décadas de los sesenta y setenta, reemplazando a ainoko, porque para algunos es mejor ser mitad que híbrido. Ya entrados los noventa, algunos proponen usar doburu, japonización del término inglés double (Okamura, 2017), portadores de dos tradiciones, porque para algunos es mejor ser doble que mitad.

El inicio de la llegada oficial de los japoneses al Perú en el año 1889 puede explicar por qué prevalece el uso de la palabra ainoko entre los nikkei peruanos. Así lo explica el escritor José Watanabe Varas (Trujillo, 1946) en su glosario de términos japoneses:

“Muchas de estas palabras han entrado en desuso en el Japón. Este es un fenómeno muy común en toda inmigración antigua. El idioma es más dinámico en la patria de origen, mientras que los inmigrantes tienden a conservarlo tal como lo aprendieron. Su alejamiento no les permite una confrontación con los cambios posteriores.”

(Watanabe, 2010)

A los ainokos también se les decía “cruzados” o “injertos”, aludiendo al mundo de la zoología o la botánica. Sobre la palabra “injerto”, la artista Tetsu Tokumine Palomino (Ica, 1994)2 reflexiona:

Injerto y Ainoko son dos palabras peyorativas para describir al Nikkei Hafu. Al haber crecido en una ciudad agrícola, siempre he entendido la palabra injerto como la conformación de distintas especies para la mejora de una planta”

(Tokumine 2020)

Hay varias maneras de escribir ainoko: 間児, 間子, 間の子, 合の子, 合いの子, あいのこ. Ainoko está compuesta de tres partes: ai (間 o 合) como prefijo (entre o relacionado a); no como partícula (de) y ko (子) como sustantivo (niño). Antes se usaba más el kanji 間 para la palabra ainoko, ahora se usa más (合) (Okamura, 2017, p. 71).

Escuchar ai-no-ko y pensar que significa “hijo del amor” es un error, resultado de pensar que el “ai” de ainoko alude al “ai” que significa amor. El kanji de amor es otro 愛. Algunos también han vinculado la palabra a la expresión "hijo del error".

Como ainoko puede sonar parecido a Aino (Ainu), pueblo indígena de Japón históricamente discriminado, algunos han asociado ambas palabras, algo lingüísticamente insustentable (Okamura, 2017, p. 71). Sobre los ainus, el arqueólogo Requena reflexiona:

“Dojin es una palabra que fue usada oficialmente por el gobierno japonés desde 1878 hasta 1997 para describir a los habitantes nativos de Hokkaido, los Ainus. Al comienzo parece ser que no tenía un significado negativo, pero con el pasar del tiempo llegó a implicar que los nativos eran ignorantes, flojos, atrasados y otros adjetivos parecidos. Todos estos conceptos fueron “exportados” por los inmigrantes japoneses al Perú y aplicados a los dojin [nativos] del país.”

(Rolando Requena Minami, 2013)
 

La ainokés

“Los ainokos son considerados como nikkei, pero tampoco lo son del todo, pertenecen y no pertenecen a la sociedad nikkei. Están entre el limbo de dos mundos.” 

(Rolando Requena Minami, 2013)

Amigos de barrio de Barranco. Lima, Perú. Archivo familia Uekado (Uejo)

Los ainokos que han estado más cercanos a las escuelas, los espacios de esparcimiento y las agrupaciones nikkei, pudieran haber vivenciado más la ainokés que los que no. Ainokés entendida como conciencia de tener que legitimar la ascendencia japonesa ante la comunidad nikkei. No siendo así para los ainoko más alejados de las instituciones o de la capital. Así, para algunos ainokos la preocupación pasaría más por demostrar su peruanidad:

“Mi padre es japonés y mi madre peruana, peruana chola, entonces yo he vivido en estos dos mundos. Claro y uno dice ‘soy peruano’, pero en realidad yo tuve que conseguir ser peruano.” 

(Entrevista de Alonso Rabí a José Watanabe. 25 de enero de 2009)

De la subjetividad ainoko nos da cuenta la artista Patssy Higuchi Fernández (Lima, 1972) quien, señalando al entrevistador sus ojos, menciona: “yo tengo los ojitos redonditos y el pelo así”, y contesta a la pregunta de no parecer muy nikkei:

“[Efectivamente] No. Y eso siempre fue muy fuerte para mí desde niña. Que alguien me reconozca dentro de la comunidad nikkei me hace sentir que pertenezco. Y eso es gracioso porque siempre he tenido esa contradicción conmigo desde niña. Y parte de mi trabajo es también negar eso porque en apariencia no lo soy, por eso mismo sentía que eso era importante. ‘Pertenecer a’ era para mí muy importante”. 

(Entrevista para Transpacific borderlands a la artista Patssy Higuchi Fernández, 2017)

Dentro del espacio familiar nikkei, el uso de la palabra ainoko muchas veces se da de manera descriptiva, sin la carga peyorativa. Es en su uso fuera de la familia, donde la identidad puede entrar en conflicto.

Una autodefinición de ainoko es la del escritor Carlos Yushimito Del Valle (Lima, 1977), en la entrevista que dio al periodista Alfredo Kato Todio para el diario Peru Shimpo, recuperada por Ignacio López-Calvo en The Affinity of the Eye: Writing Nikkei in Peru:

"Yushimito se describe así mismo como lo que los japoneses llaman un Ainoko (término negativo que describe a un ‘medio japonés’ o a una persona de raza mixta). […] El autor no tiene vínculos con ninguna institución nikkei y ha descrito su herencia japonesa como una memoria afectiva…"

(López-Calvo, 2013, p. 136)

El escritor Augusto Higa Oshiro (Lima, 1946), en su libro “Japón no da dos oportunidades”, donde narra su experiencia en Japón como dekasegi en la década de los noventa, nos deja presencia literaria de un ainoko:

“‘Ustedes los nisei son racistas’, dijo. En aquel instante tuve la noción exacta que el Pakistán Silva sufría amargamente su condición de mestizo o ‘ainoco’, es decir, no podía ocultar sus sentimientos contradictorios de inferioridad. Pequeño, enjuto, afilado rostro andino, lustrosa piel de chancaca, a simple vista recordaba a los vendedores de mercadillo de Lima, salvo que le examináramos atentamente los ojos, entonces descubríamos que no era extraño a los rasgos asiáticos. (…) Desde niño experimentaba el desprecio de quienes se consideraban los ‘descendientes legítimos de los japoneses’ (…) Y sin embargo, ‘los descendientes legítimos’ (…) teníamos el mismo estatus que los desharrapados ‘ainoco’, es decir, todos éramos extranjeros advenedizos. Y el Pakistán Silva mostraba en su reproche una cuota de alegría con sabor a venganza”.

(Higa, 1994, pp. 144, 145)

A partir de la descripción de Pakistán Silva, podemos encontrar la subjetividad “nihonjin3, encarnada en el narrador, para la que los ainokos serían: 1) Portadores de característicasnegativas (amargados, acomplejados, vengativos), 2) Poco atractivos (pequeño, enjuto, grasoso), 3) Racializados (piel de chancaca), 4) Ilegítimos.

Existe, dentro de la sociedad nikkei peruana, heterogeneidad dentro de la percepción sobre lo ainoko que complejiza la reflexión. Por ejemplo, la manera de nombrarlos según el lado por donde provenga la ascendencia: Ainoko de familia paterna nikkei y de familia materna sin ascendencia japonesa (Angélica Harada Vásquez, Venancio Shinki Huamán); Ainoko de familia paterna sin ascendencia japonesa y familia materna nikkei (Carlos Runcie Tanaka, Juan de la Fuente Umetsu).

Para referirse a las personas del primer grupo a muchos les basta usar solo el nombre y primer apellido para nombrarlos, en cambio, para referirse a las personas del segundo grupo se tiende a nombrarlos con ambos apellidos con mayor frecuencia.

La posición del apellido de origen japonés puede determinar su “pérdida” para la siguiente generación, y dado que este es uno de los marcadores de identidad nikkei, el “nuevo ainoko” podría sentir reducido su capital simbólico nikkei, sin implicar pérdida de la ascendencia. El nombre propio de origen japonés, ya sea registrado o de uso familiar, en algunos casos ha sido colocado teniendo en cuenta la posición del apellido como refuerzo de identidad. Podría existir alguna prevalencia entre los nombres japoneses de los ainokos y el orden de sus apellidos.

Factores de género, etnia y clase social deben ser tomados en cuenta al pensar la ainokés (¿Ainoko descendiente de Okinawa podría haber vivenciado distinto la ainokés que ainoko descendiente de otras prefecturas?, ¿Se cultivan más las tradiciones descendiendo por línea paterna o materna (hogares que llevan butsudan [altar de ancestros], consultas a la yutaa [guía de rituales], por ejemplo) junto con el enriquecimiento con la tradición de la otra línea de ascendencia?

Los cambios generacionales y cambios de retórica dan cuenta de procesos de integración asertivos sin dejar de ser complejos. Reflexionar a partir del reconocimiento de la ainokés y generar espacios de encuentro intergeneracional entre subjetividades nacidas en la década de los ochenta y anteriores con las nuevas generaciones, prepara a los nikkeis peruanos a fortalecer y honrar la identidad heredada de los ancestros.

Notas: 

1. Cuando el Perú absurdamente decidió tomar partido en la Segunda Guerra Mundial.

2. En su obra “Injerto”, Tokumine usa realidad aumentada en selfies de ocho jóvenes nikkeiainoko”, visibilizando la autoidentificación. 

3. Término de autoidentificación del nikkei peruano “no ainoko”, usado en décadas pasadas.


Referencias: 

Asociación Peruano Japonesa. 2020. “IV Salón de Arte Joven Nikkei.”

Higa, Augusto. 1994. Japón no da dos oportunidades. Lima: Editorial Generación 94

Higuchi, Pattsy. 2017. Transpacific borderlands. Artist Profile [video]. 

Hyoue, Okamura. 2017. “The language of ‘racial mixture’ in Japan: How ainoko became haafu, and the haafu-gao makeup fad.” Asia Pacific Perspectives, Vol. 14, no. 2, 41-79. 

López-Calvo, Ignacio. 2013. The Affinity of the Eye: Writing Nikkei in Peru. Tucson: University of Arizona Press.  

Neira, Tania. 2022. Ainoko. La mala palabra [fotolibro digital] Lima; edición de autor. 

Rabí, Alonso. 2009. “Entrevista a José Watanabe”. Diario La República.  

Requena, Rolando. 2013. “La reproducción de la Sociedad Nikkei en Japón”. Descubra a los Nikkei.

Watanabe, José. 2010. “Glosario de palabras japonesas de uso en el Perú”. Descubra a los Nikkei.

 

© 2022 Tania Neira Uejo

Half (jerga) duplicado terminología
Acerca del Autor

Tania Neira Uejo nació en Lima en 1978. Es editora sansei. Bachiller en Literatura Peruana e Hispanoamericana por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, con Maestría en Literatura Infantil y Juvenil.

Última actualización en mayo de 2022

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