Es maravilloso lo que el ser humano puede hacer cuando se lo propone. Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 demuestran que las personas pueden alcanzar logros admirables, mucho más allá de lo que habríamos podido imaginar, muy por encima de los problemas ocasionados por los desastres naturales y la pandemia por el coronavirus.
Muchas veces nos parece que no podemos lograr lo que queremos. Olvidamos el gran valor que implica el proceso de continuar intentando. El camino que hacemos para llegar a lo que anhelamos es lo más maravilloso en nuestras vidas. Todo este esfuerzo se ve en la organización de estos Juegos Olímpicos que muchos pensamos serían imposibles de realizar.
En estos tiempos tan difíciles, solo Japón podría haber hecho realidad los Juegos Olímpicos con tanta eficiencia, calidad y toque humano, con el valor incalculable de la presencia de los atletas que se prepararon y compitieron en Tokio. Todos demostraron ser grandes ganadores, con medallas o sin ellas.
No todos podemos llegar a ser atletas olímpicos, pero los que llegan a serlo, se convierten en modelos valiosos a seguir. Enseñan con el ejemplo. Han tenido una motivación y un objetivo claro. Han sabido lo que querían y han trabajado duro para conseguirlo. Han cuidado sus cuerpos y sus mentes con estilos de vida saludables. Han entrenado con disciplina, perseverancia, mucho trabajo y mucho sacrificio. Y ahora más que nunca, con mucho estudio y mucha técnica.
Un buen atleta no nace, se hace
Llegar a competir bien preparado, dando lo máximo de uno mismo, es la demostración de la excelencia de un atleta. Saber competir bien, consigo mismo y con otros. Saber ganar, como Mutaz Essa Barshim, de Qatar, y Gianmarco Tamberi, de Italia, que compartieron la medalla de oro al llegar a los 2,97 metros en salto alto. Saber perder, con tristeza en los ojos, pero dignidad, como hicieron los rusos al perder la medalla de oro ante Francia en el voleibol. Saber sobreponerse a las fallas y continuar a pesar de ellas como lo hizo el peruano Angelo Caro durante su competencia de skateboard. Saber retirarse cuando se debe como lo hizo la joven gimnasta estadounidense Simone Biles. Saber ir más allá de las lesiones y recuperarse para seguir adelante. Nunca claudicar.
El desarrollo personal, el trabajo en equipo y la confianza mutua se observa en las competencias por equipos. Me maravilló la sincronización, con alta calidad y gracia, en el salto en clavado del binomio chino y natación artística del equipo ruso, sin subestimar la presentación de los otros equipos que también lo hicieron maravillosamente.
Deportes olímpicos asociados a jóvenes
En estos Juegos Olímpicos me interesé en ver la competencia del surfing y el skateboarding por mis sobrinos Hiro y Joakin. Es interesante ver como lo que considerábamos un hobby de niños y de adolescentes se considere como modalidad olímpica.
El skateboarding merece estar en los Juegos Olímpicos. Los jóvenes demostraron que se requiere tener habilidad y talento, pero más que nada concentración, control y valor, además de mucha práctica y creatividad. Con el skateboarding los jóvenes demuestran que, si se quiere y si se puede, la edad no debe limitar su valía.
Y ahora en los Juegos Olímpicos de París 2024 los jóvenes podrán maravillarnos con el breakdancing.
Deportista en el colegio
Las Olimpiadas me hicieron recordar mis días de “atleta” en Jishuryo y en el colegio María Alvarado. No recuerdo mucho sobre mis clases, pero sí recuerdo la excitación de las competencias deportivas. Siempre debería haber educación física en los colegios.
No puedo compararme con los destacados atletas nikkeis como Teresa Toyama y Juan Hasegawa que corrieron en los Juegos Panamericanos de esa época, pero tuve la oportunidad de poder competir en el Estadio La Unión. Pude correr en la carrera de postas contra el Colegio José Gálvez y La Victoria. Jishuryo competía “a muerte” con José Gálvez. A veces ganábamos y a veces perdíamos.
Durante los primeros años de secundaria corrí por el Club Santa Beatriz y luego por Motobu. Nuestro entrenador era Eichan Maruyama. Nos recogía todos los días a las 4 de la mañana para ir a entrenar al Estadio Nacional y nos dejaba en la casa a la 7 am para luego ir a clases. Recuerdo que siempre terminaba haciendo el tercer relevo, la curva, que francamente me parecía muy estresante. No podía determinar a qué distancia estaban los otros competidores.
Eichan nos enseñó que uno puede ser veloz, pero para correr bien hay que entrenar. El entrenamiento con constancia, con disciplina, arduo trabajo y mucho sacrificio, mejora las habilidades y las posibilidades de competir bien de una persona. El proceso de ser un buen atleta es, tan o aún más importante, que ganar una medalla. El atleta no nace, se hace.
La otra profesora que influyó más en lo que ahora soy fue Miss Opal Meier, nuestra entrenadora americana. A pesar de mi estatura pequeña, promovió mi entrenamiento para integrar el equipo de atletismo del colegio María Alvarado en las competencias deportivas de los colegios internacionales del Markham y el Roosevelt.
En los campeonatos de voleibol contra los colegios nacionales me hizo jugar como levantadora. Sí se puede, cuando se quiere, y cuando hay alguien que cree en uno y se da el trabajo de hacerlo realidad. Estoy segura de que todos los atletas en los juegos olímpicos tienen a alguien así.
Connotadas científicas profesionales y atletas en Tokio 2020
¿Saben que hay por lo menos siete atletas olímpicas que son científicas?
- La norteamericana Gabby Thomas es neurobióloga de Harvard y velocista medalla de bronce.
- Charlotte Hym es doctora en neurociencias de Francia y practica skateboarding.
- Hadia Hosny, con maestría en biomedicina y miembro del parlamento egipcio, compite en bádminton.
- Anna Kiesenhofer, de Austria, es doctora en matemáticas y ciclista medalla de oro.
- Louise Shanahan, de Irlanda, es científica de física cuántica y corredora.
- Nadine Apetz, de Alemania, con maestría en neurociencias, compitió en boxeo olímpico.
- Andrea Murez, de Israel, bióloga y futura médica, destacó en natación.
Estas mujeres increíbles demuestran que se puede ser una gran profesional y una gran deportista.
Algunas reflexiones finales
Nunca dejan de sorprenderme la carrera de maratón. Demuestra de lo que está hecho el ser humano cuando se lo propone. No es solo ganar, es no abandonar la carrera a pesar del dolor y el calor, es poder llegar a la meta, exhaustos pero satisfechos, aunque sea en el último lugar. Haber podido lograrlo debe ser la sensación más maravillosa.
Los Juegos Olímpicos son los únicos momentos, a mi parecer, en que los países aparentemente se unen, conviven y compiten sin una guerra. Esto demuestra que son los gobernantes los que promueven los conflictos y las guerras, no su gente. Deberíamos encontrar maneras de hacer que las sanciones se apliquen directamente a los gobernantes, y no a su gente, que es la que más sufre por sus mal dirigidos objetivos.
El ramo de la victoria olímpica
La imagen que perdurará en nuestra memoria por mucho tiempo serán los atletas en el podio con sus medallas y sus ramos de la victoria olímpica en sus manos. El ramo tiene una significación muy especial. Tiene eustomas y sellos de Salomón de Fukushima, girasoles de Miyagui, gencianas de Iwate y aspidistra de Tokio. Estas flores se cultivan en las áreas afectadas por el Gran Terremoto y el tsunami ocurrido en el 2011 en el noreste de Japón.
Las eustomas de Fukushima representan su esperanza de reconstrucción, los girasoles provienen de la ladera de una colina en Miyagui sembradas por los padres de los niños que murieron allí al refugiarse del tsunami, la genciana tiene el color azul índigo emblema de los Juegos Olímpicos de Tokio, y la aspidistra verde oscuro que es la flor de Tokio.
Muchos tal vez no sepan el sentimiento y la emoción que va con estos ramos. Con este ramo, Japón expresa su agradecimiento y su reconocimiento a los atletas que, superando los grandes problemas de la pandemia, se esforzaron en llegar a los Juego Olímpicos en Tokio y mostraron los resultados de su esfuerzo y tesón. Japón quiere demostrar su regocijo por lo que han logrado, expresar su agradecimiento por el esfuerzo que han hecho y compartir con los atletas la alegría de haber llevado a cabo unos Juegos Olímpicos que casi todos pensaron que eran imposibles, expresando sus buenos deseos en el futuro.
El haber enfrentado el reto, no solo el aspirar a lograrlo, sino trabajar ardua y tenazmente para conseguirlo, puede resultar en algo increíblemente maravilloso. Felicitaciones a todos los atletas y a Japón. Gracias por ofrecernos esperanza, solidaridad y algunos momentos excitantes de paz.
© 2024 Graciela Nakachi Morimoto
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