Filipinas es un país que por sus peculiaridades culturales y sociales y la idiosincracia de su gente se parece en varios aspectos a los países latinoamericanos, sin olvidar que del siglo XVI al XIX ha sido una Capitanía General de la corona española.
Aquí en Japón hay matrimonios entre peruanos o argentinos y filipinas, pues a veces comparten el mismo lugar de trabajo y los ámbitos de distracción y ocio. Según los datos de Migraciones, a diciembre de 2012, el número de registrados de nacionales filipinos es de 202.974 personas de los cuales 45.418 son varones y 157.556 mujeres (el 77% del total). Por categoría de visados, 106.397 tienen la permanente, 33.122 la de cónyuge de nacional japonés o hijo de japonés y 40.707 el de larga permanencia. Por región de residencia, en Tokio habitan 28.148, Aichi 26.246, Kanagawa 17.718, Saitama 16.110, Chiba 15.436, Shizuoka 12.358, etc. Viendo estos datos es obvio pensar que comparten muchas veces los mismos trabajos y lugares de residencia.
Sin embargo, cuando se trata de nikkei filipinos, unos 10.000 a 20.000, según estimación de la investigadora y profesora de la Universidad de Sophia, Dra. Mariko Iijima, la gran mayoría de estos viven en Fukushima y Kagawa1. Se ha sabido que varios peruanos y otros sudamericanos se han casado con filipinas pero no necesariamente son descendientes de japoneses. Los contactos si las hay serían muy casuales.
Veamos un poco por qué hay tantos nacionales filipinos en Japón y en su gran mayoría mujeres. Esto viene de la década de los ’80 donde muchas llegaron como bailarinas de los centros nocturnos con un visado para esos fines. Casi sin excepción ingresaron con la intermediación de contratistas que a veces las explotaron y hasta las hicieron trabajar en la prostitución por las deudas que habían contraído. En Japón se las llamó “Japayuki-san” y se transformó en un fenómeno social. Para salir de ese yugo muchas buscaron en el matrimonio con japoneses la posibilidad de obtener más libertad y trabajar sin depender de esas agencias. Y los hijos que nacieron de esos matrimonios se podría decir que son “nikkei” aunque muchos de ellos/as no tienen conciencia de ello.
Lo mismo se puede decir que son “nikkei” los hijos nacidos en Filipinas de parejas donde el hombre es japonés, en su gran mayoría enviado por las empresas. Lamentablemente, muchos de esos nacimientos no fueron reconocidos ni inscriptos con el nombre del padre por lo que varias asociaciones no gubernamentales han venido ayudando a esas madres y a esos hijos “nikkei”2. Y el tema de los “nikkei filipinos” en realidad viene también de los que nacieron antes, durante o después de la IIº Guerra Mundial3. En Davao había una colonia de casi 20.000 japoneses y se calcula que totalizaron unos 30.000 japoneses en toda Filipinas, en calidad de colonos, funcionarios y comerciantes.
Al finalizar la guerra, muchos de esos descendientes no pudieron o no los dejaron regresar al Japón. Y los que quedaron tuvieron que ocultar su identidad para no ser objeto de represalias.
En las décadas posteriores, con sus matices y diferencias con Sudamérica, Filipinas sufrió la decadencia económica y un elevado desempleo, inestabilidad política y desorden social, desigualdad social crónica y falta de expectativas. Este país no tiene recursos mineros ni cereales que puedan exportar a precios competitivos ni una industria manufacturera que pueda absorver la mano de obra joven. Sus 7.100 islas hacen que las comunicaciones y la infraestructura sea siempre insuficiente y la concentración en las grandes ciudades como Manila Metropolitana sea cada vez mayor.
Es por eso que desde los ’70 el mismo gobierno filipino promovió la salida de su fuerza laboral para captar más remesas que puedan contribuir a su decadente economía. Constituyó un organismo gubernamental para ese fin y las mujeres salieron del país para trabajar como empleadas domésticas y enfermeras, y los hombres como operarios en los pozos petroleros del Medio Oriente o como marinos de los buques pesqueros de alta mar, etc. Hoy se sabe que, por ejemplo en los Estados Unidos hay muchos médicos y enfemeros, o sea migrantes titulados. Es que su formación en inglés facilita estas migraciones y en realidad están ubicados en diferentes empleos en todas partes del mundo.
Sin embargo, en 1995 el Estado filipino modificó esa política migratoria para exigir un mayor cumplimiento de los derechos humanos y laborales en los países de destino. El Estado considera que la decisión de emigrar es totalmente una responsabilidad individual de cada uno4.
Siendo Filipinas un país de “migrantes dekasegui” se estima que hay 10 millones de nacionales que viven y trabajan en el exterior, es casi el 10% de la población total. Las remesas anuales superan los 20.000 millones de dólares y el 42.2% viene de los Estados Unidos, el 10.3% de Canadá, el 8% de Arabia Saudita, el 4.8% del Reino Unido y el 4.5% de Japón. Esta suma es el equivalente al 7.5% del PBI (250.000 millones de U$S (año 2012) y al 40% del valor de las exportaciones que son 52.000 millones de dólares.
El ingreso per cápita anual ronda los 2.600 dólares pero en la ciudad capital Manila como en las principales areas urbanas duplica esa cifra y sería casi el mismo valor que del Perú. Sin embargo, en cuanto a desigualdad social tal vez la de Filipinas sea más profunda por su geografía y estructura económica. De todos modos, desde hace unos años se aprecia un crecimiento sostenido del sector servicios y comercio y también de algunas manufactureras orientadas al comercio exterior, y como consecuencia de ello una ampliación de la población consumidora. Muchas empresas japonesas están invirtiendo en los sectores de equipamientos electrónicos, textil, neumáticos, etc. y están viendo producir más para el mercado local.
Retomando sobre la comunidad filipina de Japón, después del terremoto-tsunami del 3.11 varios miles de ellos regresaron a su país pero la gran mayoría ha continuado permanenciendo y es por eso que en números ha superado a los brasileños para ocupar el tercer lugar entre los extranjeros.
Lo que señala Iijima en su trabajo de investigación sobre los nikkei filipinos es que ellos tienen una enorme carga histórica y emocional para con el Japón y es por eso que sus anhelos por pisar tierra nipona se parecen más a los japoneses de la primera generación “issei” que quieren ver a sus seres queridos o a sus ancestros. Desde luego, en la práctica no ocultan su deseo de buscar trabajo y residir a largo plazo en Japón pero ellos preponderan el concepto de las “dos patrias”. En cambio, los nikkei de Sudamérica, tal vez por las políticas de asimilación e integración y su sentido de pertenencia al país de origen aun teniendo interés y afecto por el Japón la patria sigue siendo su propio país.
Filipinas también está en una etapa económica de recuperación y desarrollo pero los nacionales que están en el exterior prefieren seguir allí, esto es una conducta muy similar que se observa en los peruanos que viven en Japón. Otro elemento de coincidencia es que muchos de los nikkei filipinos se ubican laboralmente por contratistas y por ende tienen servicio de intérprete y de renovación de visado provocando el no aprendizaje del idioma japonés, según da cuenta la investigadora japonesa5. Y por el tiempo de residencia que tienen en Japón no son pocos las familias filipinas que consultan sobre divorcio y asuntos de familia, un fenómeno similar que se aprecia en los nikkei latinos.
Iijima señala que Japón no ha tenido ni tiene una política migratoria consistente y coherente, pero la otra verdad es que no hay país como este que brinde tantos servicios de apoyo para que los extranjeros estén debidamente informados y actualizados. Es cierto que a veces las competencias entre organismos gubernamentales hace que la coordinación de políticas no sea suficiente pero si uno observa cómo ha sido la política de integración de los extranjeros en los países occidentales en general y los sudamericanos en particular se puede decir que a veces la excesiva ayuda no facilita ni promueve la integración ni la autorealización de los extranjeros.
Aquí en Kanagawa y más precisamente en la zona de Yamato viven muchos filipinos y también peruanos. No solamente el trabajo sino también la misa de los domingos suelen ser los lugares de coincidencia (misa en español y en takalog son en horarios diferentes pero comparten juntos la sala de reunión y diversos eventos) como así también los festivales internacionales que organiza el municipio local. Sin embargo, eso no significa que puedan conocer filipinos nikkei. De todos modos, para los nikkei latinoamericanos es importante que sepan y sean conscientes de que en el Asia también hay nikkeis y que en el caso de los filipinos como los indonesios han sufrido hasta lo inimaginable las penurias de la historia.
Notas:
1. Trabajo de Mariko Iijima y Shun Ohno, “Nikkei Filipinos, su “retorno”, su vida social, sus derechos ciudadanos y su identidad como inmigrantes”, Publicado en la Revista Nº4 de la Universidad de Kyushu, Sogo Seisaku Center, 2010. 飯島真里子、大野俊「フィリピン日系「帰還」移民の生活・市民権・アイデンティティ : 質問票による全国実態調査結果(概要)を中心に、九州大学アジア総合政策センター第4号、2010.
2. Solo en japonés, artículo sobre “JapaYuki”http://diamond.jp/articles/-/37099
Existe también la palabra JAPINO, a los que son meztisos entre japonés y filipina, son los hijos nacidos en Filipinas entre algún japonés acreditado allí por su trabajo y una nacional filipina. La mayoría no fueron reconocidos. http://www.bllackz.com/2001/10/blog-post_26.html
3. Después de la guerra, para los japoneses que se quedaron en Filipinas ha sido el inicio de las persecuciones y un verdadero calvario. Muchos tuvieron que cambiar de nombres o ser adoptados por chinos. En las últimas dos décadas varias entidades comenzaron a brindar ayuda para recuperar su identidad (nombre y apellido) o buscar a su padre japonés. http://pnlsc.com/nikkeijin/index.html
Esta entidad PNLSC fue creada en el 2003 y ha logrado ubicar a muchos japoneses bajo la colaboración de ambos gobiernos. Tiene el apoyo también de la Nippon Foundation.
4. SATO, Shinobu, Cap. 9: La mano de obra exportada de Filipinas. 佐藤忍、『「第9章:フィリピンの労働力輸出」、グローバル化で変わる国際労働市場〜ドイツ、日本、フィリピン、外国人労働力の新展開』、明石書店、2006.
5. Contratista de mano de obra filipina http://www.prosper-job.com/haken/
© 2013 Alberto J. Matsumoto