Mi última excursión de pesca a High Sierras fue el domingo, 7 de julio de 2019. Esta era nuestra vacación familiar anual alejados de nuestra agitada vida en la ciudad. Nos hacíamos llamar los fishing four (los cuatro pescadores). Mi esposo, John empezó con la tradición de pesca en familia. Él creció pescando en Fresno. Él nunca olvidó la alegría de pescar con su papá. Una vez que sus hijos, James y David, fueron lo suficientemente grandes como para poder agarrar una caña de pescar, él les enseñó cómo pescar en High Sierras. Ahora, esto se ha convertido en una tradición japonesa en nuestra familia. James y David automáticamente se convirtieron en miembros del fishing four, mientras que yo me convertí en miembro honoraria.
John, James y David eran expertos en ejecutar el viaje en carro de cinco horas desde Los Ángeles al lago June y hacer de este un paseo divertido. Empacamos nuestras ropas, equipo de pesca, heladera, agua, snacks, lentes de sol, sombreros, espray para mosquitos y bloqueador solar y los pusimos en la camioneta. Estábamos listos para ir.
James manejó primero desde Los Ángeles a Mojave. Hicimos nuestra parada anual en McDonald’s para el desayuno. John y yo compartimos un menú Big Breakfast con dos cafés. James y David comieron sus desayunos con hash browns y bebidas. Cuando nos fuimos, la temperatura afuera era de 32 grados para las 11 a. m.
David nos llevaría de Mojave a través de los pueblos de Lone Pine, Independence, Big Pine y terminaríamos en Bishop. Nuestras paradas favoritas en Bishop eran la panadería Schat’s y Mahogany Smoked Meats. En la panadería Schat’s, compramos pan de Pascua ruso, bizcocho de café y una variedad de galletas como las de chispas de chocolate, de pecanas suizas y shortbread. En Mahogany Meats, compramos cuatro sándwiches para llevar con ensaladas de papas para nuestra primera cena en la cabaña del lago June. También compré tres paquetes de tocino ahumado para llevar y dos paquetes de pistachos de ajos para los snacks. Llenamos de gasolina nuestra camioneta y nos pusimos en camino otra vez.
John fue el último en conducir, desde Bishop al lago Mammoth. Nuestra parada en el lago Mammoth fue para comprar las provisiones en Vons. Compramos y llenamos seis bolsas de compras con comida para el desayuno, almuerzo y también la cena, por si no atrapásemos suficientes truchas. Nos consentimos con bebidas de Starbucks. Luego, John condujo de frente al lago June y llegamos a nuestro destino final, la cabaña #6. Esta era nuestra cabaña favorita para pasar tres días de pesca. ¡Estábamos muy entusiasmados!
Desempacamos nuestras provisiones, ropa y snacks de la panadería Schat’s y de Mahogany Meats. Estábamos cansados y hambrientos debido al largo viaje. Comimos una cena tardía con nuestros sándwiches y ensaladas de papas de Mahogany. John y yo comimos nuestro sándwich de pavo clásico, David, su sándwich cubano californiano de jamón y pollo y James, su sándwich rodeo, que tiene roast beef, tocino ahumado y queso pepper Jack. Tras nuestra cena, los hombres instalaron sus cañas de pescar, mientras que yo hice ambos, onigiri (bolas de arroz) y sándwiches, que había empacado con papas fritas, galletas, fruta y agua, para nuestro bento (almuerzo) de mañana. Nos fuimos a dormir temprano esa noche.
El lunes, 8 de julio comimos un desayuno ligero con leche y bagels con queso crema y café caliente. Nuestra primera área de pesca en el lago June fue el lago Grant. Vimos patos nadando en el lago y las gaviotas volando por encima. El nivel del agua era alto en el lago y las truchas se escondieron en los arrecifes rocosos. Tuvimos que lanzar nuestros sedales de pesca más adentro, pero estos siempre se atascaban en las rocas.
Nuestra paciencia se agotó cuando los mosquitos empezaron a picotear nuestra piel y el sol caliente irradiaba sobre nosotros. No habían árboles alrededor del lago. Estábamos ocupados aplicándonos protector solar o echándonos espray repelente para los mosquitos. Sin embargo, James y John pudieron atrapar cada uno una trucha. David y yo no atrapamos nada, ni siquiera un trocito.
Nuestra segunda área de pesca fue el arroyo Rush, el cual era un profundo riachuelo que corría a velocidad, con frondosos arbustos y terrenos difíciles. Cargábamos nuestro equipo de pesca a lo largo del arroyo. Peleábamos con las aguas que corrían a velocidad, los fuertes vientos y la crecida mala hierba que escondían a las truchas. Con razón no pescamos ninguna trucha.
Regresamos a la cabaña, comimos nuestro almuerzo y limpiamos las dos truchas. Congelamos las truchas en dos bolsas con cierre hermético con un poco de agua y las guardamos en el congelador. En lugar de una cena con truchas, comimos nuestro pollo rostizado, arroz cocido, ensalada de papas, ensalada de macarrones y bebidas heladas que compramos en la tienda. Nuestro postre fue helado con frutas. Luego, haría el bento otra vez. Hablamos sobre nuestra primera mala racha en la pesca y jugamos nuestros dos juegos favoritos, hanafuda (juego de las cartas de flores) y ocho loco, hasta la hora de dormir. Durante las próximas dos noches, repetiríamos este ritual de pesca familiar de limpiar las truchas, comer la cena, preparar el bento, conversar sobre pescar y jugar juntos.
El martes, 9 de julio condujimos treinta minutos hacia los lagos Mammoth. Nuestros dos lugares de pesca favoritos en el área de Mammoth son el lago Mary y el lago George. El lago Mary es un lago más pequeño con peñascos y pequeñas colinas. Llevamos nuestros snacks, agua y herramientas de pesca y subimos a la colina. Vimos personas pescando en las orillas o en sus botes. Estaba más fresco ese día debido a los árboles a lo largo del lago. Esta vez las hormigas nos picaban. Cuando tiramos nuestros sedales al lago, John enganchó una trucha grande. La gran trucha nadaba rápido entre las rocas y los árboles caídos. El sedal de pesca de John se enredó en una de las ramas y se rompió. El premio mayor se escapó. David y yo atrapamos una trucha cada uno, los pusimos en una cuerda para colgar peces y los tiramos al lago.
Empezamos a merendar algunas galletas y papas fritas cuando oímos voces que gritaban “¡viene un oso!”. John cogió la cuerda para colgar peces con las dos truchas y corrió subiendo la colina. James, David y yo seguimos detrás de él sin peligro. De repente, vimos al pequeño oso negro deambulando en búsqueda de comida. Él olfateó nuestros snacks, se sentó y se los comió. El oso huyó cuando escuchó ladrar a un perro.
Decidimos conducir hasta el lago George. No nos arriesgamos más y comimos nuestro almuerzo en la camioneta. El lago George era un lago más grande circundado de montañas y rodeado de grandes peñascos y árboles altos. El lago era tan pintoresco con una gran cascada que baja de la montaña a la profunda agua azul que está debajo.
El clima era frío y ventoso porque era tarde en el día. Vimos pequeñas ardillas y pajaritos que buscaban comida. James y David pudieron enganchar dos truchas. Yo atrapé una y John no tuvo suerte. No atrapó ninguna. Sí dejamos ir algunas más pequeñas. La pesca se puso lenta otra vez. Dimos por terminado el día y empacamos, y condujimos al centro de Mammoth.
Compramos en la tienda de antigüedades Mammoth Antique Thrift y compramos nuestras cenas en un café llamado Delicious Kitchen. Sobrevivimos nuestro día con el oso al pedir bebidas en Starbucks. Continuamos nuestro ritual de pesca familiar, conversamos sobre la gran trucha de John que se escapó y jugamos nuestros juegos. Pronto se hizo hora de ir a dormir. El día siguiente sería nuestro último día de pesca.
El miércoles, 10 de julio regresamos al lago Grant y pescamos la mitad del día. David y yo atrapamos una trucha cada uno. Decidimos comer nuestro almuerzo en la cabaña ya que hacia mucho calor y los mosquitos estaban picando de nuevo. Limpiamos los pescados e hicimos un conteo de lo que atrapamos. John atrapó una, James tres, David cuatro y yo tres truchas. En total fueron once truchas. En lugar de preocuparnos por lo poco que pescamos, hablamos de lo mucho que nos divertíamos juntos. Aún nos considerábamos los fishing four. Comimos lo que quedaba de cenar, jugamos, lavamos nuestras ropas sucias y empezamos a empacar para el día siguiente. Esta era nuestra última noche.
El jueves, 11 de julio desayunamos temprano, limpiamos la cabaña y botamos la basura. Empacamos el resto de nuestra ropa, nuestras herramientas de pesca y nuestra heladera llena de las once truchas congeladas y los pusimos en la camioneta. Estábamos listos para irnos. Nos turnaríamos para manejar de regreso a casa, pararíamos en nuestros lugares favoritos y hablaríamos sobre las mejores partes de nuestra pesca. James y David encontraron el disfrute en la Madre Naturaleza. Ellos recordarán la belleza de la cascada en el lago George, la velocidad de las aguas del arroyo Rush, el oso negro en el lago Mary y los patos que nadaban en el lago Grant. John aprendió la profunda gratitud del silencio y la paciencia de la pesca. Yo encontré la calma y la paz en las High Sierras.
Aprendimos a construir juntos una familia unida más sólida y a crear recuerdos eternos. Los fishing four serán para siempre nuestra tradición japonesa. Nuestros hijos crearán sus propias familias pescadoras cuando ya no estemos, pero nunca olvidarán su última excursión. Nuestro regreso a casa fue lo mejor de todo.
© 2020 Mary Sunada
La Favorita de Nima-kai
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